Quiere jugar al trabalenguas. No entendemos lo que pregunta y, en un acto de complicidad milenaria, cruzamos nuestras miradas y nos echamos a reír. Somos dos, señor. Pasen pol aquí. La luz que sale de las lámparas es casi tan amarilla como la tez de los mesoneros. Las cortinas y las lámparas no son rojas, como en In the mood for love, pero los muebles donde estamos sentados sí. La distancia entre una silla y otra asoma la posibilidad que más temo: hablar de nosotros, pero por separado.
Sonrío nerviosa. Trato de esconder mis ansias y los miedos detrás de la risa. Bueno, también es que el terciopelo sobre el que estoy sentada me da cosquillas. Nunca uso falda pero esta noche sí, porque es especial, definitiva. Me entra el frío por las piernas. Tiemblo. Comienzo a imaginar que hablas, al fin. Eres hermosa y me gustas. Por eso estoy en este restaurante chino. Disfruto de tu presencia. Me ruborizo porque, aunque era lo que quería escuchar, no lo esperaba en ese momento. Bajo la mirada, que siempre me delata, y comienzo a jugar con el borde del vaso como si fueran mis dedos pasando por tus labios. Levantas la mano y apartas el cabello de mi rostro. Qué ternura de movimiento. Nuestros ojos se fijan otra vez. Me pierdo de nuevo. Bajas la mano hasta debajo de la mesa y tus dedos comienzan a jugar a los círculos, igual que los míos, pero sobre mis rodillas. Caminan lento, sin preguntar, sabiendo su destino. Cómo hago para que dejen de temblar. En un instante, la piel se eriza. Tu mirada anclada en la mía, sin querer partir. Me ahogo.
Señolita, cuál e’ su olden. Estás concentrado, mirando el menú. Estoy segura de lo que escogerás. Shop Suey y un especial con pollo y camarones, igual que las últimas siete veces que hemos cenado juntos. Me doy cuenta de que ya desperté. Lástima. Con la boca llena no se habla y menos se despiertan besos en un restaurante chino. Será en la próxima cita.
miércoles, noviembre 29, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Oportuna aparicion la de este cuento jejeje como siempre, lo he disfrutado. Deseame suerte!
Un abrazo.
Publicar un comentario