domingo, junio 03, 2007
Chagall de las maravillas
Ayer, por fin, pude ir a laexposicion de Marc Chagall en el Museo Vittoriano de Roma. Una muestra de toda su carrera artistica. Desde cuando la madre no queria que fuera pintor, hasta las peticiones que le hicieron para decorar l'Opera de Paris, el Senado israeliano. Pasando por la persecusion que sufrio como judio y el exilio. El doloroso exilio. Y es que pega, y duro, incluso cuando es voluntario.
De toda la exposicion de Chagall me llamo particularmente la obra "La Aparicion". Una combinacion de dos espacios: uno en blanco y negro y el otro en variaciones del azul. Uno con un artista pintando un cuadro, y el otro con un angel entrando en la habitacion -que es una sola- desde una ventana. Con una calle y el resto del mundo atras.
Tambien me impacto Invierno, un cuadro que viajo desde San Petersburgo hasta Roma para que yo lo viera. Con tres arboles que pelean para estar dentro del marco, como los tres hombres que caminan en el borde infierior y dejan su huella en la nieve. La nieve blanca que lo cubre todo.
Y los amantes. Protagonistas o no, siempre estan presentes en los cuadros de Chagall. Quizas porque desde que conocio a su esposa, Bella, se libero de compromisos politicos, de presiones, prejuicios y persecusiones (las reales y las mentales) y dejo fluir toda su creatividad. Por eso los amantes, plenos y presentes, o medio escondidos entre las sombras, siempre hacen que el amor salude desde un cuadro de Chagall. Chagall de las maravillas.
martes, marzo 27, 2007
tres escritores latinoamericanos (recomendacion)
1. Roberto Bolaño (Cile, 1953). Grande. È il mio preferito. Los detectives salvajes mi sembrava la opera più grandiosa. Cent'anni di solitudine dei nuovi tempi. Fino a che, dopo morto, è uscito il romanzo per cui stava lavorando, e che non è riuscito a finire. Pensa se la finiva. " 2666", secondo me, è il romanzo di America Latina, è ma-ra-vi-glio-sa. In Italia Los detectives salvajes è stato tradotto per la casa editrice Sellerio. 2666 ancora non. Di seguito un pezzo di "Una novelita lumpen", un romanzo per incarico ispirato a Roma. La Mondadori ha chiesto a ogni scrittore latinoamericano (della nuova generazione) di scrivere un testo, di qualsiasi genere, su una città cosmopolita del mondo. Ed ecco che ha fatto il gran Bola ño: "Esa noche hice el amor de nuevo con uno de los amigos de mi hermano y la noche sucesiva y la siguiente, y todas las noches de esa semana y la siguiente, hasta que se comenzó a leer en mi rostro que hacía el amor todas las noches y que domía poco... No soy una puta, fui una delincuente, pero no una puta".
2. Rodrigo Fresan (Argentina, 1963). Credo sia l'unico argentino che non se la tira, è mi piace…tanto, tanto, tanto. Vive a Barcelona, dietro alla Sagrada Famiglia. Mantra è il romanzo per incarico che ha fatto per la Mondadori e parla del Messico. È diviso in tre parte: Cosa fare prima, durante e dopo un terremoto. È allucinante. Leggerlo da la sensazione di avere presso un fungo in una montagna invasa dagli aztecas e conoscere tutto un mondo. Del suo libro di racconti "La velocidad de las cosas" ti regalo questo frammento: " Es curioso, vivimos la vida en primera persona del singular pero llegado el final, se nos aparece la opción de un cambio en la composición del relato. Esta nueva velocidad de las cosas -me pregunto si la chica de la motocicleta se refería a algo más o menos parecido- es la que nos permite entonces vernos desde afuera, mirarnos mirar, sentirnos sentir, muriendo morir. Tal vez se trate del más primal de los mecanismos de defensa o del más convincente de los placebos: esto no me puede estar pasando a mí, volar lejos. Tal vez por eso todos aquellos desesperados que dicen haber estado muertos y vuelven para contarlo insisten en el paisaje de sí mismos cada vez más pequeño, allá abajo. La persona como personaje, un espejo de carne y hueso. El cuerpo como un plano, como un sinfín de gráficos y de cómputos. La escalera de caracol del DNA, la médula como una vía láctea, la marea oscura de la enfermedad erosionando los acantilados de las células. Sí, el cuerpo visto igual que esas fotos desde las alturas -marrones y verdes y azules- que luego se utilizan para la confección de los mapas".
3. Jorge Franco Ramos (Colombia, 1962). Va "de mal en peor" come diciamo noi. Il suo primo romanzo "Mala Noche" è bellissimo, in ogni righa, ogni personaggio... Il secondo, molto bello, è stato tutto un sucesso. Le pareti di Bogota avevano frasi del romanzo scritte come grafitti "Cuesta mas amar que matar". Quella scritta era tratta di una parte in cui Rosario, la protagonista, le confessa a un tizio che è vero quello che dicono, che lei cobra 1 milone di pesos per ammazzare uno, e invece 2 per andare al letto. Perchè costa di più amare che matare. Il terzo romanzo, Paraiso Travel, fa schiffo. Il resto nemeno lo ricordo. Di seguito l'inizio di Rosario Tijeras: "Como a Rosario le pegarón un tiro a quemarropa mientras le daban un beso, confundió el dolor del amor con el de la muerte. Pero salió de dudas cuando despegó los labios y vió la pistola... Sentí un corrientazo por todo el cuerpo. Yo pense que era el beso… - me dijo desfallecida camino al hospital."
Y ahora, quien querra por siempre a quien?
sábado, marzo 24, 2007
vuela y entra
Poema IX
"El país, decíamos
lo poníamos en las mesas
lo cargábamos a todas partes
el país necesita
el país espera
el país tortura
el país será
al país lo ejecutan
y estábamos allí por las tardes
a la espera de algún doliente
para decirle
no seas idiota
piensa en el país".
Miyò Vestrini, "El invierno proximo"
Y resulta que sí, que realmente ella estuvo aquí, que por una casualidad que no logro ni me interesa comprender, una de mis poetas preferidas estuvo aqui, pateando estas mismas calles, llenas de memoria, de historias y recuerdos. Miyò respiro Roma, y lo hizo con nostalgia de Caracas, la misma que siento yo. Y con la emocion de conocer otra mirada, un modo diferente de vivir la cultura y la creacion. Sabia que esta ciudad, en cada una de sus callecitas curvas, en el rio que tambien la atraviesa de un extremo a otra y corre en silencio, esperando que llegue el verano para recibir visita, estaba llena de poesia. Y que alegria sentir que tambien estando aqui me acompaña un poco del verso de Miyò.
miércoles, diciembre 13, 2006
miércoles, noviembre 29, 2006
Restaurante chino
Quiere jugar al trabalenguas. No entendemos lo que pregunta y, en un acto de complicidad milenaria, cruzamos nuestras miradas y nos echamos a reír. Somos dos, señor. Pasen pol aquí. La luz que sale de las lámparas es casi tan amarilla como la tez de los mesoneros. Las cortinas y las lámparas no son rojas, como en In the mood for love, pero los muebles donde estamos sentados sí. La distancia entre una silla y otra asoma la posibilidad que más temo: hablar de nosotros, pero por separado.
Sonrío nerviosa. Trato de esconder mis ansias y los miedos detrás de la risa. Bueno, también es que el terciopelo sobre el que estoy sentada me da cosquillas. Nunca uso falda pero esta noche sí, porque es especial, definitiva. Me entra el frío por las piernas. Tiemblo. Comienzo a imaginar que hablas, al fin. Eres hermosa y me gustas. Por eso estoy en este restaurante chino. Disfruto de tu presencia. Me ruborizo porque, aunque era lo que quería escuchar, no lo esperaba en ese momento. Bajo la mirada, que siempre me delata, y comienzo a jugar con el borde del vaso como si fueran mis dedos pasando por tus labios. Levantas la mano y apartas el cabello de mi rostro. Qué ternura de movimiento. Nuestros ojos se fijan otra vez. Me pierdo de nuevo. Bajas la mano hasta debajo de la mesa y tus dedos comienzan a jugar a los círculos, igual que los míos, pero sobre mis rodillas. Caminan lento, sin preguntar, sabiendo su destino. Cómo hago para que dejen de temblar. En un instante, la piel se eriza. Tu mirada anclada en la mía, sin querer partir. Me ahogo.
Señolita, cuál e’ su olden. Estás concentrado, mirando el menú. Estoy segura de lo que escogerás. Shop Suey y un especial con pollo y camarones, igual que las últimas siete veces que hemos cenado juntos. Me doy cuenta de que ya desperté. Lástima. Con la boca llena no se habla y menos se despiertan besos en un restaurante chino. Será en la próxima cita.
Sonrío nerviosa. Trato de esconder mis ansias y los miedos detrás de la risa. Bueno, también es que el terciopelo sobre el que estoy sentada me da cosquillas. Nunca uso falda pero esta noche sí, porque es especial, definitiva. Me entra el frío por las piernas. Tiemblo. Comienzo a imaginar que hablas, al fin. Eres hermosa y me gustas. Por eso estoy en este restaurante chino. Disfruto de tu presencia. Me ruborizo porque, aunque era lo que quería escuchar, no lo esperaba en ese momento. Bajo la mirada, que siempre me delata, y comienzo a jugar con el borde del vaso como si fueran mis dedos pasando por tus labios. Levantas la mano y apartas el cabello de mi rostro. Qué ternura de movimiento. Nuestros ojos se fijan otra vez. Me pierdo de nuevo. Bajas la mano hasta debajo de la mesa y tus dedos comienzan a jugar a los círculos, igual que los míos, pero sobre mis rodillas. Caminan lento, sin preguntar, sabiendo su destino. Cómo hago para que dejen de temblar. En un instante, la piel se eriza. Tu mirada anclada en la mía, sin querer partir. Me ahogo.
Señolita, cuál e’ su olden. Estás concentrado, mirando el menú. Estoy segura de lo que escogerás. Shop Suey y un especial con pollo y camarones, igual que las últimas siete veces que hemos cenado juntos. Me doy cuenta de que ya desperté. Lástima. Con la boca llena no se habla y menos se despiertan besos en un restaurante chino. Será en la próxima cita.
miércoles, noviembre 22, 2006
la venus y la ciudad
(publicado en elcautivo.org)
La primera vez que vi a Milagros Socorro no sabía que era ella. Estaba inmersa en el panel de un foro sobre periodismo literario pero yo sólo reconocía el tono de sus letras, no su rostro. La buscaba entre los asistentes con la certeza de que su verbo me iba a hacer señas, con los brazos extendidos, para decirme que era ella, pero no fue así. Sin embargo, cuando la ponencia comenzó el discurso fue contundente. Bastaron dos descripciones sobre las inquietudes que le proporcionaba su rostro reflejado en el espejo para saber que la tenía frente a mí, haciendo alarde de su palabrería para cautivar al público. Tenía un peinado que evidenciaba al menos dos horas y media de intenso trabajo, las uñas esmaltadas de rojo y unas piernas cubiertas por medias pantis que terminaban en tacones dignos de equilibrista. El perfecto antónimo de mi imagen de una escritora enraizada con las voces de la calle.
Recordé de inmediato a “La Venus del Cafetal”. Una crónica que le valió a Milagros Socorro el premio del concurso de Crónica Urbana de El Diario de Caracas en 1994, dotado de 50 mil monedas. A galope rápido pero nunca atropellado, moldeó con su verbo un mito de hechura deportiva a la vez que sensual. De pocos y apretados atuendos, lycra y franelita, la chica in de la década pasada se erigía entre las vías a las seis de cada mañana como una diosa desarraigada y disciplinada, con sabor a yogurt en la lengua y sudor perfumado.
Avenidas de ilustres personajes olvidados, nomenclatura de señalizaciones, edificios, mercados y verduras, el enmarañado tráfico que genera la superpoblación de Los Samanes en la avenida principal de El Cafetal –que en realidad se llama Raúl Leoni- e inútiles fiscales de tránsito que se rinden ante el reto de poner orden, recrean la ciudad que se levanta activa y libre con el amanecer, igual que la Venus, en una practica de inevitable nexo con el espacio público. Para la Venus no existe punto de comparación entre la rutina de un asfixiante gimnasio y el ritual de dominar con su trote la avenida del ex presidente.
Pero como la realidad se impone en su afán de plagar al arte, y la crónica es “la verbalización de la mirada desde una perspectiva individual”, en boca de la propia Milagros Socorro, rasgos de la actualidad venezolana se asoman en el texto para saludar al lector en un ejercicio de catarsis. La indiferencia de los gobernantes para con los ciudadanos y de los ciudadanos para con su entorno, el quiebre financiero de varios bancos y esta vaina que nos han echado, son algunos de los pícaros guiños en “La Venus del Cafetal”. Para esta periodista egresada de LUZ, que se negó a vivir aferrada a una olla mondonguera en algún confín de la Sierra de Perijá, la mirada en la crónica es la que actualiza los hechos y les da pertinencia, lejos, muy lejos, del discurso irrestricto y almidonado del periodismo informativo. Por eso la linda muchacha que corre por las calles no es sólo la que Milagros Socorro observa desde el balcón de su casa, es muchas muchachas, es un poco de todos los que vivimos custodiados por El Ávila.
La segunda vez que vi a Milagros Socorro me reconcilié con ella. Esta vez Mili –como la llaman los suyos- me otorgaba una entrevista en su casa y se había desprendido del traje de diva para sortear la palabra frente a su computador, en los últimos toques que le daba a un reportaje para la revista Exceso. Tenía el cabello recogido con desenfado en cola de caballo, zapatos deportivos y una franela pasada de uso.
Me aseguró que nada en la crónica es inventado. Todo es cierto. A la Venus la ve a diario, los nombres de los edificios que vigilantes la observan desde la acera, así como también el listado de las calles, los anotó en su libreta, como siempre hace en su empeño de recrear la realidad e inyectarle vida a sus textos sin fronteras de géneros. Porque Milagros, Venus del lenguaje, poseedora de un rostro que mezcla señas de las Antillas y otros trazos de la Guajira, no le pone barreras a la creación y a su irrefrenable pasión por la palabra.
“La Venus del Cafetal” es de lenguaje fresco, prosa ágil y altiva. La narradora envuelve con una voz personal que no titubea sino que grita, sin reservas, lo que ve desde su esquina. Vuelve a su tema recurrente del feminismo y la femineidad pero también vislumbra la batalla y las costumbres consumistas de la clase media cuando nos cuenta que una sucursal de Quinta Leonor desplazó al Cine Caurimare.
Sin nombre propio, la Venus es el símbolo de la modernidad de una ciudad que continuó creciendo a pesar de no progresar. Y es que Milagros Socorro no sólo captura la figura y la idea de un personaje que piensa, duda y trota, que se refugia en la urbe para no sucumbir a la desesperanza, sino que también retrata con fino trazo los rasgos y el palpitar de la Caracas de los noventa.
___________
Socorro, Milagros. “La venus del Cafetal”, Criaturas Verbales. Caracas: Ediciones Angria, 2000
martes, noviembre 21, 2006
se dice diferente
Me explican que en italiano hay un sinonimo para el verbo vomitar (rimesso) y en español no. Que “pignoli”, no son las frutas secas de las “piñas”, esas que caen de los pinos y se usan en Navidad, sino que son esos que te ladillan por su mania de perfección, incluso en las fiestas. Que las tipas que se la "tiran" en Italia no gozan ni son bien recibidas, porque en italiano "tirar" no significa tener sexo, como en Caracas, sino que quiere decir "echarsela", y mas bien resultan fastidiosas. Me entere hoy que "successo", no quiere decir que algo ocurrio sino que tuvo "exito", como ìen una especia de teoria (a lo Madona) en la que todo lo que pasa, siempre es bueno.
Aqui entre el sueño de dormir, porque el cuerpo esta cansado y debe reposar, y ese sueño que te lleva a otros mundos, a otras vidas, ese estado que te sirve de descarga de miedos y tensiones del mundo que vivimos todos los dias, se diferencia tambien a trasves de las palabras (el primero se dice "sonno" y el segundo "sogno").
Me dijeron que en Italia tienen exito los reality show, que la euforia por ser campeones del mundo (en futbol) dura cuatro años, que en Roma la comida china es buena. Tambien que con un texto periodisco se puede jugar a hacer literatura instantanea, aunque al dia siguente los perros se la vayan a “pisciar” (hacer pipi).
Me dijeron que tambien los italianos están divididos en dos bandos politicos, pero que ya saben que no tiene sentido matarse por esas ideologias. Me contaron que no fue facil aprenderlo, que pasaron muchos gritos y tiros y bombas y muertos, antes de entenderlo.
Me dicen que tantos años de historias les ha envejecido el animo y las ganas, que ahora todo esta manos en puros viejos que no cree en la frescura ni en la juventud. Que hay que esperar que alguien vaya en pensiom, porque no da mas, o peor aun, que se muera de una vez, para asi poder pensar que tambien tiene derecho a un espacio.
Me enseñaron que ese estado en el que sueño y realidad se mezclan tiene un nombre y parece de musica(assonato), que de invierno los dias se hacen cortos, y uno pasa calor porque en todos lados prenden la calefaccion. Que no todas las lanas pican, que la tenporada de castañas tambien tiene fin. Que en navidad no todo es gris y se consiguen flores. Que la gente en esos meses frios hace fiestas dentros de las casas, y se refugia en teatros y cines, para apreciar con locura los espacios abiertos que regala el verano. Y el mar, el mar...Me dijeron que en cualquier lugar del mundo se puede ser feliz, siempre que la traqnuilidad la lleves dentro.
Y, que más, no miento del todo al decir que les creo.
Aqui entre el sueño de dormir, porque el cuerpo esta cansado y debe reposar, y ese sueño que te lleva a otros mundos, a otras vidas, ese estado que te sirve de descarga de miedos y tensiones del mundo que vivimos todos los dias, se diferencia tambien a trasves de las palabras (el primero se dice "sonno" y el segundo "sogno").
Me dijeron que en Italia tienen exito los reality show, que la euforia por ser campeones del mundo (en futbol) dura cuatro años, que en Roma la comida china es buena. Tambien que con un texto periodisco se puede jugar a hacer literatura instantanea, aunque al dia siguente los perros se la vayan a “pisciar” (hacer pipi).
Me dijeron que tambien los italianos están divididos en dos bandos politicos, pero que ya saben que no tiene sentido matarse por esas ideologias. Me contaron que no fue facil aprenderlo, que pasaron muchos gritos y tiros y bombas y muertos, antes de entenderlo.
Me dicen que tantos años de historias les ha envejecido el animo y las ganas, que ahora todo esta manos en puros viejos que no cree en la frescura ni en la juventud. Que hay que esperar que alguien vaya en pensiom, porque no da mas, o peor aun, que se muera de una vez, para asi poder pensar que tambien tiene derecho a un espacio.
Me enseñaron que ese estado en el que sueño y realidad se mezclan tiene un nombre y parece de musica(assonato), que de invierno los dias se hacen cortos, y uno pasa calor porque en todos lados prenden la calefaccion. Que no todas las lanas pican, que la tenporada de castañas tambien tiene fin. Que en navidad no todo es gris y se consiguen flores. Que la gente en esos meses frios hace fiestas dentros de las casas, y se refugia en teatros y cines, para apreciar con locura los espacios abiertos que regala el verano. Y el mar, el mar...Me dijeron que en cualquier lugar del mundo se puede ser feliz, siempre que la traqnuilidad la lleves dentro.
Y, que más, no miento del todo al decir que les creo.
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